El día 20 de Febrero la jornada empezó reuniéndonos como siempre a las 8 de la mañana en el centro donde recibimos las clases de teoría del taller de empleo y como estaba previsto se inició la subida andando hasta las ruinas de Ocuri para poder estudiar los textos ya existentes en los paneles, y decidir que nos podría servir para redactar los nuevos. Una vez terminado esta labor, nuestro director Luis Iglesias nos propuso ir a un lugar dentro de las ruinas, un descubrimiento sorprendente que de forma reciente ha tenido lugar.
Antigua señalética de Ocuri.
Así pues, empezamos nuestro recorrido. Llegados a un punto del camino que sube hasta las ruinas nos desviamos, comenzando a andar por una vereda, volviéndose un poco más complicada la subida que estábamos realizando, pero no por eso exenta de emoción, esperando qué sería lo que encontraríamos cuando llegáramos a ese lugar. Después de algunos ascensos más, nuestro director nos hizo coger aliento antes de la última pendiente que nos quedaba para ver lo que habíamos ido a buscar.
Al llegar allí nos quedamos sin palabras, con una mezcla de sensaciones increíbles, ya que vimos una obra de ingeniería perfecta, parte de la estructura del Acueducto (muy bien conservada), que según la hipótesis de Luís Iglesias, llevaba el agua desde allí hasta la Ciudad de Ocuri. Subimos por ella hasta donde se pierde su pista, disfrutando de ese momento único.
Primera vista del acueducto.
Después de una breve explicación sobre su construcción por parte del director del taller, se dio por finalizada esta visita tan especial, realizando el camino hacia las ruinas y desde allí de vuelta a nuestras clases del taller de empleo.
Acueducto Romano.
Isabel Janeiro Rincón