El
día 3 de Febrero nos adentramos en uno de los hitos más simbólicos
de nuestra historia local, la Calzada Romana que une Ubrique con
Benaocaz. En una mañana lluviosa con una espesa neblina los dos
grupos del Taller de Empleo-Ocuri 2014, acompañados por nuestros
monitores Luis Iglesias, Manuel Castro y José Piñero, empezamos la
subida de la mencionada vía, que con una longitud de unos 5 kms
forma parte de la red de comunicaciones del Antiguo Imperio Romano.
Los primeros 800 mts. de la misma comienzan en las inmediaciones del
Convento de Capuchinos en Ubrique, este primer tramo se encuentra
bastante degradado por aportes de escombros y tierras para facilitar
el paso de vehículos de los vecinos colindantes, a partir de este
tramo encontramos señalizaciones con un mapa del sendero y
señálética específica indicando datos concretos acerca de la ruta
, y es a partir de aquí dónde se pueden apreciar mejor las
características de la calzada. Podemos observar también que algunos
arroyos son salvados por tres alcantarillas o pequeños puentes.
Todos nosotros atendemos a las explicaciones de Luis Iglesias acerca
de la forma de construcción y desarrollo de este tipo de vías. Ésta
calzada que data aproximadamente del S.I a.c.-S.II d.c., se conserva
a tramos en muy buen estado a pesar de su antigüedad y todo lo
acontecido en ella.
A
mitad de trayecto pasamos junto a la Cabeza del Toro, figura de una
cabeza bovina pintada sobre una pared rocosa. Siguiendo con nuestro
particular ascenso llegamos a una bifurcación de la calzada en los
LLanos del Peñón Gordo, el ramal derecho nos muestra el camino
hacia la Manga de Villaluenga, pero nosotros tomamos el izquierdo
para dirigirnos hacia nuestro destino. En las inmediaciones
encontramos un molino sobre el Arroyo Seco y el camino se nos hace
más empinado hacia el final de la ruta, la entrada a Benaocaz.
Una
vez en la localidad esperamos en la parada del bus que nos trajo de
regreso a Ubrique.
Gabriela Moreno.
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